Bloque V. El proceso de la independencia de México
La presencia española fue asentando sus poderes hasta crear un vasto territorio bajo el gobierno peninsular. Como toda conquista, estuvo acompañada de violencia, sumisión, despojo y muerte. América no fue una excepción. Los pueblos originarios fueron sometidos y quedaron a merced de la explotación de un nuevo orden tanto en lo económico y político como en lo social y religioso. Surgió un mestizaje cultural que poco a poco cobró forma; a la población indígena y la europea pronto se incorporó la presencia negra con sus componentes característicos. Surgían, pues, las raíces de lo que, al paso del tiempo, serían los países que conformarían América, muchos de los cuales lograrían su independencia al acudir a las armas para liberarse de la metrópoli española. El periodo de nuestra historia conocido como la Guerra de Independencia empieza la madrugada del 16 de septiembre de 1810, cuando el padre Miguel Hidalgo da el llamado “Grito de Dolores” y termina el 27 de septiembre de 1821 con la entrada triunfal del Ejército Trigarante, encabezado por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, a una jubilosa Ciudad de México. El objetivo principal de este movimiento era liberar a nuestro territorio del yugo español y que, en cada rincón de la Colonia se olvidase por completo el concepto de virreinato.
CAUSAS
· Destitución del rey Fernando VII
tras la toma de España por parte de las tropas napoleónicas en 1808.
· Desigualdad de privilegios
existente entre las castas sociales; solo se beneficiaban los aristócratas
españoles, mientras el resto de la población era excluida o incluso
despreciada.
· Las reformas borbónicas de la
corona española, pues modificaban la administración de las colonias.
· Influencia de los ideales de la
Ilustración, la revolución francesa y la independencia de Estados Unidos; ya
que en estas se pregona la defensa de la libertad, la igualdad, la crítica a
las monarquías y la división de poderes políticos.
CONSECUENCIAS
·
Pérdida del poder político de la
corona española en México.
· Abolición de la esclavitud.
· Crisis económica a causa de la
falta de mano de obra, pues muchos jóvenes se habían alistado en los
movimientos armados.
· Inestabilidad política por causa
de las diferencias entre los líderes del nuevo país.
· Fin de las leyes que permitían el
sistema de castas sociales.
DESARROLLO DE LA INDEPENDENCIA
En las poblaciones de Nueva España se protestó
contra la ocupación del ejército francés en España. Para desplazar a los
colaboradores del nuevo orden se organizaron conjuras y conspiraciones. Entre
estas, la conjura de Valladolid, que fue descubierta en 1809 y fracasó.
Luego, la Conspiración de Querétaro de
1810 fue un movimiento organizado por Miguel Domínguez, Miguel Hidalgo, Juan
Aldama e Ignacio Allende. Estos apoyaban la vuelta al poder del rey Fernando
VII, pues era el heredero legítimo del trono español. Pensaban erróneamente que
el rey le concedería más autonomía a las provincias americanas si volvía al
mando.
Hidalgo contaba con multitudes que querían tomar
tierras, confiscar bienes españoles y redistribuirlos. Sin embargo, hubo
diferencias entre los líderes de la rebelión y nunca llegaron atacar la capital
virreinal.
El movimiento armado fue vencido en enero de 1811
en el Puente de Calderón, cerca de Guadalajara. Sus líderes: Hidalgo, Allende y
Aldama fueron capturados en su huida hacia el norte, en Coahuila. Los tres
fueron fusilados meses más tarde en la ciudad de Chihuahua.
Tras la muerte de
Hidalgo, los líderes encargados de continuar la rebelión fueron el sacerdote
José María Morelos e Ignacio López Rayón. Morelos fue un líder que se
caracterizó por su sentimiento nacionalista y por haber organizado un ejército
más disciplinado que el de Hidalgo.
En 1812, las fuerzas de
Morelos ocuparon provincias en el centro y sur de México. Los insurgentes
promulgaron decretos que favorecían el autogobierno y le entregaban tierras a
los pueblos para su cultivo. Luego Morelos convocó el Congreso de
Anáhuac en 1813.
En este congreso se
leyeron los Sentimientos de la Nación. Entre otras cosas, este
documento establecía que la soberanía de la nación provenía de su pueblo.
Abolía la esclavitud y se eliminaba la distinción de castas. Además, se dividía
los poderes en ejecutivo, legislativo y judicial.
Para octubre de 1814, el
Congreso de Anáhuac concluyó la redacción del Decreto Constitucional
para la libertad de la América Mexicana, o Constitución de
Apatzingán. Este documento recogió el espíritu de los Sentimientos
de la Nación y es señalado por diversos historiadores como la primera
constitución del México independiente.
No obstante estos
logros, los insurgentes continuaron siendo perseguidos por el General español
Félix María Calleja. Las tropas realistas al mando de Agustín de Iturbide
capturaron a Morelos a finales de 1815 y lo fusilaron el 22 de diciembre del
mismo año en Ecatepec. Los rebeldes que sobrevivieron se dispersaron y buscaron
refugio en la Sierra Madre del Sur.
En España el rey
Fernando VII había vuelto a tomar el poder en 1814, pero se manifestó como un
monarca absolutista. Él suprimió la Constitución de Cádiz y no reconoció el Decreto
Constitucional para la libertad de la América Mexicana. Así, después de la
muerte de Morelos, vinieron años difíciles para la causa de la independencia.
Los insurgentes se
dispersaron y lucharon separados, formando guerrillas. El ejército realista
tuvo ventajas, por lo que recuperó y ocupó pueblos y ciudades antes controladas
por las fuerzas independentistas. No obstante, la resistencia continuaba ahora
bajo el liderazgo de personajes como Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria y
Nicolás Bravo.
Ante la dificultad de
acabar con la rebelión, el virrey novohispano Juan Ruiz de Apodaca le ofreció
indulto a los jefes insurgentes. El indulto significaba el perdón por sus
acciones y por su pretensión de separarse de la corona española. Los líderes no
hicieron caso y continuaron con la guerra de guerrillas, que se mantuvo por más
de cinco años en regiones del sur y de Veracruz.
El panorama no cambió
hasta 1820, cuando el militar realista Agustín de Iturbide vio con desagrado lo
que acontecía en España. En el viejo continente el rey Fernando VII se vio
obligado a admitir y respetar la Constitución de Cádiz debido a la inestabilidad
política de su país. La independencia tomaría otro rumbo.
Iturbide consiguió el
apoyo de los sectores conservadores de Nueva España. La iglesia, el ejército y
los criollos de la alta sociedad querían mantener los valores tradicionales.
Para ello incluso estuvieron dispuestos a negociar con los insurgentes. Así
comenzó el contacto y el intercambio de correspondencia entre Agustín de
Iturbide y Vicente Guerrero.
Aunque fueron
adversarios durante años, Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero convinieron
terminar su lucha. En febrero de 1821 tuvo lugar el Abrazo de Acatempan, cuando
estas dos figuras sellaron la reconciliación del ejército de la Nueva España
con las tropas insurgentes.
El 24 de febrero
Iturbide expuso su Plan de Iguala para la independencia de
México. Quedaba claro que se unirían las fuerzas de ambos bandos y que pasarían
a formar el Ejército Trigarante, o ejército de las tres garantías. Las
garantías eran la defensa de la independencia, la religión católica y la
unidad.
El Plan de Iguala
contenía ideas que se distanciaban de los propósitos expuestos en los Sentimientos
de la Nación de José María Morelos años atrás. Sin embargo, se tenía
que detener la confrontación y con el pacto de varios sectores por fin se abrió
paso a una independencia sostenible en el tiempo.
Al llegar al país, Juan
O' Donojú (el último virrey enviado por la corona), notó que el plan de
Iturbide era ampliamente aceptado por la sociedad novohispana. En agosto de
1821, los ejércitos ratificaban su alianza y firmaron los Tratados de
Córdoba. Mediante estos se estableció el retiro de las tropas españolas de
Ciudad de México. O' Donojú había decidido renunciar a su cargo.
Finalmente, el 27 de
septiembre de 1821, el Ejército Trigarante entró a la ciudad de México con Iturbide
al frente y con Vicente Guerrero en la retaguardia. Pronto se firmó el Acta de
la Independencia y con esta se selló el proceso que dio nacimiento al Primer
Imperio Mexicano (1821-1823).

Comentarios
Publicar un comentario